LUCAS GONZÁLEZ PINTO
Mendocino. Pionero en la construcción de los Ferrocarriles Argentinos.
La Batalla de Pavón
produjo un corte importante en la historia argentina. La caballería
entrerriana, comandada por Justo José de Urquiza destruyó los flancos del
ejército de Mitre. Curiosamente, no atacó a la Infantería Mitrista y le dejó la
victoria en el campo de batalla. Mitre volvió a Buenos Aires con su Infantería
intacta y el triunfo bajo el brazo. El verdadero triunfo de Mitre fue asimilar
el mensaje que le dejó Urquiza, cansado de pelear entre hermanos.
En 1862 Bartolomé
Mitre llega a la Presidencia de la República y en la cartera de Hacienda nombra
al mendocino Lucas González. Hace suyo el proyecto de Urquiza de unir el país
construyendo el Ferrocarril Central Norte y ve en Lucas González al hombre
capaz de conseguir el crédito inglés. Inmediatamente lo reemplaza por Dalmacio
Vélez Sarsfield y lo envía a Inglaterra.
Durante su
desempeño en el exterior, cumplió con idoneidad y en 1864, junto con los barcos
cargados de insumos para la construcción del Ferrocarril Central, volvió a
ocupar la cartera de Hacienda. Adquirió un conocimiento de la materia que le
sirvió para formar su propia empresa constructora de ferrocarriles. En su
regreso al país, preguntó por su hermano Carlos, quien le había pedido que
gestionara la construcción de un ferrocarril a Mendoza. La gran sorpresa de
Lucas fue que Carlos González, gobernador de Mendoza, no estaba en el Gobierno.
Un grupo encabezado por el Coronel Carlos Juan Rodríguez estaba usurpando el
poder, y Don Carlos se hallaba refugiado en su estancia "La Cueva".
Este grupo de hombres que habían usurpado el poder se había robado el tesoro
provincial y emprendido la huida a Chile. Lucas González vino a Mendoza con un
contingente de soldados de la Guardia Nacional, que logró interceptar en Los
Andes a los sujetos y fueron obligados a devolver los fondos hurtados a Carlos
González, repuesto en su cargo el 6 de Marzo de 1865. Entre esos fondos estaban
los destinados a terminar el Colegio Nacional y la Penitenciaría.
En ese entonces, Sarmiento
era embajador en Estados Unidos y allí conoció a un empresario con una gran
experiencia en la construcción de Ferrocarriles: William Wheelwright. A ese
señor le adjudicaron el primer tramo del Ferrocarril Central Norte, es decir,
los 396 kilómetros que hay entre Rosario y Córdoba.
En 1870,
coincidentemente con una gran Feria Industrial, fue inaugurada la estación de
Córdoba por Dalmacio Vélez Sarsfield en representación del Presidente. Se
licitaría el segundo tramo del Central Norte, 547 kilómetros entre Córdoba y
Tucumán.
Lucas González fue consultado por el
Presidente y su respuesta fue contundente: "Sr. Presidente, la Nación no
tiene ni los fondos, ni la gente idónea para encarar el gran problema que
presenta la construcción de los durmientes". De esa manera González se
constituyó en intermediario entre la Provincia de Santa Fe y los ingleses que
compraron tierras con las maderas duras, necesarias para la construcción de los
durmientes. Urunday, Ñandubay, y por supuesto quebracho colorado; en el
lenguaje ferroviario las obras de arte, es decir, puentes, cruces y
alcantarillas, todos fueron construidos exclusivamente de ésta última.
Los ingleses, para
encarar la construcción formaron una empresa denominada "La
Forestal", con la que además de fabricar los durmientes se hacía tanino
para la curtiembre de los cueros y carbón para las locomotoras. Se pagó el
jornal de 24000 obreros, con 180000 libras esterlinas que llegaron en el Vapor
Gassendi. Lucas González fue el responsable de tal erogación de dinero porque,
tanto los británicos como la Argentina, se aseguraban que los fondos otorgados
por la Banca Inglesa no terminaran malversados en las cuentas numeradas de
Suiza.
Avellaneda llega a
la Presidencia en 1874 y convoca a Lucas González, que vuelve a Inglaterra
encargado de revisar los materiales con los que se construía el segundo tramo
del Ferrocarril Central Norte, entre Córdoba y Tucumán, realizado por la
empresa José Telfener y compañía. En 1875, Argentina entra en default y el
Ministro de Hacienda, Santiago Cortines, renuncia a su cargo. Avellaneda llama
a Lucas González, y lo nombra responsable del Ministerio de Hacienda.
Si se paraba la
obra de construcción del Ferrocarril, tambaleaba el gobierno de Avellaneda.
Pero una vez más, don Lucas cumplió y la construcción se concluyó en tiempo
récord para la época. Por ese motivo, el 30 de Octubre de 1876 entraba a
Tucumán un tren tirado por una locomotora que lucía un gran letrero que decía:
"Nicolás Avellaneda". La empresa tiró la casa por la ventana y dio un
banquete para 600 personas.
Mientras esto
ocurría, Lucas González con su empresa se había encargado de la construcción del
Ferrocarril de Buenos Aires a Ensenada y los ingleses estaban construyendo el
Ferrocarril Oeste. De ese ferrocarril, Lucas González hizo también un tramo
importante: de Río Cuarto a Villa Mercedes.
Lucas González y Rosa Sáenz Peña |
El centro de
operaciones de Lucas González fue Turín y la inmigración canalizada por el
puerto de Génova. Don Lucas alternaba entre la función pública a la que era
convocado por su idoneidad, con la empresa constructora de ferrocarriles. Entre
1883 y 1887 construye con ella el ramal de Paraná a Concepción del Uruguay,
Nogoyá y Rosario de Tala. Entre estas dos últimas había una estación nueva sin
nombre, para la que barajaron varios de los próceres. Pero allí estuvo el
obrador de la empresa Lucas González, motivo por el cual en vida de Don Lucas
le dieron al pueblo y a la estación su nombre, que no pudieron cambiar.
¿Dónde estaba en
ese momento Lucas González?, de nuevo en Inglaterra gestionando con la firma
Murrieta, de Londres, los fondos necesarios para construir tramos importantes
del Ferrocarril Central Argentino. A saber: de Chumbicha a Catamarca, de
Chilcas a Salta, de Salta a Jujuy y el tramo más importante que fue de Dean
Funes a Chilecito. Decía Julio Argentino Roca: "mi amigo el Doctor
González es un panteísta, porque recorrió los pagos riojanos, donde se rinde
culto a la Pachamama".
Los fondos que la
firma Murrieta otorgó a Lucas González fueron un préstamo de 3968200 libras
esterlinas, amortizables semestralmente en las oficinas de Londres, con un
interés del 6% anual. Dio el ejemplo, que exigió también a otras empresas
cuando fue funcionario público, y en el contrato detalló cada precio hasta de
las cosas más insignificantes.
Fue el último
Ministro de Relaciones Exteriores de Avellaneda y en ese período le tocó
rescatar a Roque Sáenz Peña, herido y prisionero en Chile. Sáenz Peña se casó
después con la hija de Don Lucas, Rosa González, y fue el único presidente que
habitó la Casa Rosada. Por lo tanto, una mendocina fue la única mujer que vivió
en la Casa de Gobierno como ama de casa. A tal efecto, hizo construir el baño y
una cocina en ese domicilio tan excepcional.
El vínculo con
Italia, Lucas González no lo abandonó nunca y falleció en Génova en 1906. Sus
restos repatriados descansan en el Panteón de La Recoleta, junto a los de su
consuegro Luis Sáenz Peña, de su yerno Roque Sáenz Peña (ex presidentes de la
República Argentina), de Benito Villanueva (operador político influyente,
fundador de Ingeniero Maschwitz y de Chapadmalal, e introductor de la raza de
los caballos pura sangre de carrera).
Juan Carlos de Borbón
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